Es increíble que ante la sola mención de esta simple palabra las pulsaciones se aceleren, el nerviosismo nos invada, la ansiedad nos consuma, pero por sobre todo que un inesperado e inusual sentimiento de responsabilidad se apodere de nuestras mentes y corazones.
Y es en ese preciso momento que nos acordamos que somos dueños de un vehículo, que puede ser grande o pequeño, de lujo o básico, city car o todo terreno, pero que sea como sea, requiere todo el año de un cuidado que no le hemos brindado, y corremos a darle esos mimos ausentes, que por presurosos podrían no ser los más indicados. Entonces, antes de someter a nuestro fiel compañero a las exigencias de viajes largos, soleados, y muchas veces por parajes no muy amistosos, ¿Cuáles deberán ser exactamente las atenciones brindadas?
Lo básico, un buen rodar.
Aunque suene contradictorio, uno debería preocuparse más de los neumáticos en invierno que en verano, la buena adherencia es más dudosa en un piso húmedo que en uno seco. Dicho esto, los caminos que nos toque transitar pueden ser igualmente poco hospitalarios, y tener neumáticos muy gastados o viejos, podrían hacer más fácil el que no soporten la exigencia y colapsen.
Lo ideal es cambiar siempre los cuatro neumáticos, la capacidad de tracción debe ser la misma en los cuatro puntos de rodado, sin embargo, si la economía no acompaña, y contrario a las tradiciones ancestrales, lo mínimo será cambiar 2, y colocarlos en el eje trasero, manteniendo los otros de mejores condiciones en el delantero, cuando hablamos de una tracción delantera, que es lo más usual.
Evitar la fricción, con aceite lo mejor.
Las pautas de mantenimiento nos dicen cada cuanto cambiar nuestro aceite de motor, y en base a eso y lo que estimemos recorrer en esta época, nos convendrá adelantar tal vez unos kilómetros dicho cambio para así asegurar la correcta lubricación durante todas nuestras aventuras. Nunca olvidar respetar las normas del aceite y el cambio del mismo junto con el filtro.
No a las calenturas, de motor.
El Sol manda, es una verdad innegable durante el verano, y nosotros lo evitamos con sombra, aire acondicionado, climatizadores, piscinas, ríos, lagos y mar. ¿Pero el motor?, de por sí ya trabaja muy caliente, en un sitio cerrado y muchas veces mal ventilado, por qué no ayudar a que pase un mejor verano. Recordemos que el refrigerante de motor es un químico que debe ser cambiado con periodicidad, aproximadamente cada dos años, pues este va perdiendo sus propiedades otorgadas por el glicol. Botar el antiguo, enjuagar el sistema y colocar refrigerante nuevo, en la concentración recomendada por su fabricante es básico para que el motor no sienta la dureza del calor.
La seguridad de lo impensado.
¿Cuantos de ustedes apostarían por las plumillas de un limpiaparabrisas como un elemento de seguridad?, piénsenlo…camino de tierra, pleno sur de chile, lleno de arbustos, curvas animales en ruta, hoyos en el camino y un sinfín de cosas de las cuales estar pendientes al conducir. Y entre medio de todo un auto en contra que, al pasar por un lodazal, nos deja sin visibilidad, el parabrisas lleno de barro. Es en ese preciso momento que vamos a agradecer que nuestra fiel plumilla con sus gomas nuevas y ese líquido limpiador acompañando, ¡nos salve de un posible accidente haciendo que recuperemos la visión de todo de forma rápida!
Un dato, para llenar el depósito del limpiaparabrisas (sapito), usemos unos 5 cc de limpiador de piso y lo demás en agua destilada, el vidrio quedara brillante de una pasada y con un grato aroma.
Mantén el control, no pierdas el mando.
La dirección y suspensión de un auto son claves para la seguridad en caminos sinuosos y el confort en carreteras interminables. Revise que sus amortiguadores no se encuentren húmedos, denotando filtraciones, y que ejerciendo fuerza en ellos repetidas veces y soltando, el vehículo no quede rebotando, signo inequívoco que necesita unos nuevos.
Rotulas de dirección y/o suspensión deben estar firmes, para asegurar que las ruedas permanezcan en su lugar y que vayan donde queremos. Una forma de saber si está buenas es levantar la rueda y poner ambas manos en los puntos opuestos del diámetro horizontal y ejercer fuerza con una hacia adelante y la otra hacia atrás, y luego en dirección contraria, no percibir ningún tipo de golpe o movimiento libre nos dejará tranquilos.
Que los frenos respondan bien y a tiempo es esencial cuando nos enfrentamos a situaciones extremas. Quitar las ruedas para ver el desgaste de las pastillas y rayado de discos nos dará una tranquilidad extra en los viajes. Que el freno de emergencia (de mano) no cuente con más de tres "clicks" de recorrido, también.
No solo el motor fresco, el conductor también.
¿Tiene aire acondicionado?, lo ha mantenido?, la presión dentro del sistema hará que nuestro aire se mantenga funcionando a las mil maravillas, una revisión anual de la misma será más que suficiente. Además, el hacer circular algún aerosol desinfectante por los ductos también es recomendable. El aire acondicionado no solo enfría el mismo, también absorbe humedad y seca el ambiente en el habitáculo, esta humedad se deposita en los ductos pudiendo permitir la formación de hongos. Para contrarrestar esto, con el ventilador de cabina funcionando, y desde la caja del filtro de polen, rociemos varias veces de este desinfectante. Adiós hongos y bacterias.
Nunca esta demás lo que no está demás.
Medianoche, kilómetro 60 de 120 rumbo a la ciudad de destino, mitad de la nada, y de repente al auto no se le ocurre nada mejor que pararse y dejar de andar, o quedarse sin luces, ¿y qué hacemos? Podemos llorar, maldecir, pedir explicaciones divinas, intentar obtener señal en la copa de un árbol para que nos rescate un amigo, familiar o la grúa que siempre está atenta.
¿Qué tal si mejor intentamos salir rápidamente del paso revisando la caja de fusibles? Una buena parte de los problemas repentinos suelen estar asociados a un arco voltaico que pudo quemar un de estos pequeñoselementos.