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Suspensión deportiva 2
Lo malo de ser Sport
Una suspensión blanda tiene sus ventajas

En el mundo de la venta de vehículos, la palabra SPORT es sinónimo de ganancia, de forma inmediata añadir ese título en el nombre del modelo o versión hace que cualquier posible comprador incline su decisión hacia ellos, independiente de si realmente será un mejor auto. Ese es un gran error. 


Muchos fabricantes buscan convencernos que tarando o seteando la suspensión, por ejemplo, de forma más rígida hará que nuestro vehículo tenga más brío y mejor performance, lo que en realidad resulta completamente erróneo. Hasta los ingenieros de dichas casas automotrices los saben. Además, es muy común verlo en vehículos preparados por el mecánico amigo, por pura moda, pero, ¿por qué puede ser contraproducente?


Hoy en día es fácil instalar “kits de suspensión deportiva” para modelos totalmente normales, y hasta familiares. Con esto el automóvil se nota más duro. Ese efecto permite vender automóviles “como deportivos”. La realidad es que, si compramos un kit de suspensión deportiva “de fabricante” para rebajar la altura libre al suelo, los resortes se tienen que endurecer para evitar que hagamos tope en el recorrido de la suspensión. 


Así, cuando afrontemos una curva fuerte, el automóvil se balanceará menos. Cuando aceleremos, levantará menos el frente. Y al frenar, habrá menos cabeceo. Una suspensión rígida ofrece, en una pista de asfalto, mayor deportividad.


En la cotidianeidad, donde existen “eventos”, “lomos de toro”, y mil desperfectos más, suspensiones rígidas resultan peores amortiguando. Si en pleno apoyo nos encontramos un hoyo en el asfalto, un automóvil “con suspensión deportiva” nos dará un golpe seco. Si tenemos suerte de contar con amortiguación adaptada al nuevo resorte más corto, no rebotará. Pero en muchos casos podemos incluso hacer tope de suspensión y salirnos de línea, con el riesgo que eso entraña.


El tarado de la suspensión viene de fábrica, está calibrado para que nuestro automóvil se comporte de la mejor forma posible, modificarlo con algún fin particular conllevará consecuencias inesperadas y hasta indeseables. Hay que “formatearse” a la hora de modificar la suspensión, y pensar, realmente, si vamos a salir a hacer “curvas” cada fin de semana, o si sólo será nuestro medio de transporte. Si haces esto último, la suspensión deportiva es exagerada e innecesaria.