Juntaste dinero por muchos años para comprar el auto de tus sueños, tenías su foto en la pared, te sabías todas sus características, inclusive ya habías planeado tus vacaciones para los próximos tres años a bordo de tu nueva maravilla. Llega el día, vas al concesionario, abres el capot para disfrutarlo y sorpresa, la marca que aparece en el motor no es la de tu auto, te paralizas, te sientas, tomas aire y piensas que todo es un sueño, un mal sueño; ¿pero, lo es realmente?
Cuando el mundo del automóvil partió por allá por el 1900, todos querían emular al señor Benz y crear una marca que todos soñasen y quisieran tener, de ahí comenzó un surgimiento de casas automotrices tan insólitas como Peugeot, quienes eran maestros artesanos en saleros y pimenteros.
Hoy tenemos un mundo tan extenso como complejo y entrelazado en marcas, donde encontramos tres tipos de relaciones:
Los Conglomerados o Grupos automotrices que no son otra cosa sino la propiedad dura y directa de una parte o toda la compañía por parte de otra, hay una subordinación de marcas. Como ejemplo podemos mencionar al grupo PSA, quien es dueño de Peugeot y Citroën.
Luego tenemos las Alianzas, que son uniones para desarrollar partes del automóvil en particular y usarlas indistintamente por los participantes, citando al mismo grupo anterior, el motor desarrollado en conjunto es el 2.2 HDI de 190/200 CV que usan Peugeot, Citroën, Ford, Jaguar y Land Rover (el Evoque, por ejemplo).
También están los Joint Venture que son trabajos en conjunto, pero solo en un área en específico, como lo que existe entre PSA y BMW para crear y avanzar en el campo de los híbridos.
Y para finalizar tenemos las Colaboraciones, que son acuerdos temporales para desarrollar algún modelo en específico, tren motriz o algún sistema en particular; como lo que hicieron PSA y FIAT con la Peugeot Berlingo y la Fiat Fiorino City.
La lista es muy larga, y de lo único que podemos estar seguros es de que nuestro auto no es 100% realmente lo que parece. Pero no es algo malo en sí, todos estos acuerdos y colaboraciones han democratizado los automóviles, abaratado los repuestos y han hecho que la tecnología automotriz de grandes saltos que de otra forma hubiesen tomado un buen porcentaje de tiempo más en suceder.
