Un motor térmico es, dada la densidad energética del combustible, la mejor respuesta para mover un medio de transporte. Si bien su eficiencia no supera el 40%, su autonomía y la baja dependencia en recarga de energía hacen que su decadencia no sea tan inminente como se augura; pero si genera que la tecnología aplicada sea cada vez más tope de línea.

El cilindro es dos cosas a la vez, primeramente, es la cámara hermética donde la mezcla aire/combustible se enciende y consume, y a la vez es el camino por donde el cilindro recorre su incesante ciclo de trabajo. Es decir, este cilindro debe tener características de resistencia a altísimas temperaturas, estrés constante y desgaste abusivo, para lo cual debe estar construido con materiales que den el ancho.

Existen dos tipos de cilindros de motor, el fijo y el flotante (también llamada camisa), ambos tienen ventajas y desventajas en cuanto a su desempeño.

Los cilindros tallados en el bloque no son más que eso, una perforación calculada por donde se desplaza el pistón y , en su parte superior, forma parte de la cámara de combustión donde se comprime la mezcla de aire/combustible solo el aire para el caso de los motores diésel.

La superficie interna del cilindro debe ser lo más lisa posible para lograr el mejor desplazamiento.

Las camisas en cambio no son parte solidaria al block, pueden desmontarse y cambiarse, lo que significa una gran ventaja a la hora de una reparación, pues las medidas volumétricas no varían, manteniéndose en su medida original por siempre. Además, se pueden fabricar en materiales distintos al block; el cual viene hecho de fundición gris en casi la totalidad de los modelos; la camisa puede fabricarse de fundición ácido-resistente de alta aleación con estructura austenítica, o en acero, por ejemplo, mejorando con esto la tribología, disminuyendo el desgaste y bajando las temperaturas generadas.

Al momento de rectificar un cilindro, no solo estamos aumentando su capacidad volumétrica, si no que estamos dejando en manos de terceros la preparación de las paredes de este, las que deben tener un “acanalado” en sus paredes, para la contención temporal del aceite, previniendo que estas queden secas durante el recorrido del pistón.

Una desventaja muy comentada es la mala hermeticidad que puede producirse en las camisas húmedas, pues estas tienen sellos elásticos en ambos extremos, y si estos no son de buena calidad o no tienen un montaje correcto, dará proclividad a la ocurrencia de dichas filtraciones.

Si queremos una duración máxima de las nuevas camisas Netmotors, debemos:

1. Verificar el correcto funcionamiento del termostato, en cuyo caso el desgaste de la camisa disminuye en 2 veces por término medio.
2. Tener una correcta ventilación del carter, a travez de la PCV, para desalojar los gases que llegan a él desde los cilindros.
3. Usar filtros de aceite con tamizaje fino y resistente.
4. Cambiando filtros de aire en los periodos asignados, o antes si la contaminación lo requiere.