Cuantos hemos menospreciado a nuestros queridos cinturones de seguridad porque nuestro automóvil tiene un SRS (supplemental restraint system) o airbag. La verdad es que estadísticamente el cinturón de seguridad salva muchas más vidas que el airbag, y tiene que ser así, ya que el airbag es solo un suplemento, una ayuda. Pero, ¿cómo funciona entonces?
El airbag es el elemento de seguridad pasiva más moderno y el que más rápidamente ha avanzado en el mercado automovilístico. A pesar de realizarse en el año 1953 las primeras experiencias, es en el año 1971 cuando Mercedes-Benz registra la patente sobre el airbag. Dos años más tarde, la General Motors lo introduce de manera opcional en algunos Chevrolet y en 1981 Mercedes-Benz lo instala de serie en uno de sus modelos, el Mercedes Clase S W126.
El airbag sirve principalmente para cuatro cosas:
- Primero, para absorber parte de la energía cinética del cuerpo, frenando suavemente el movimiento de los pasajeros.
- Segundo, para evitar un impacto contra elementos interiores del coche (volante, salpicadero o parabrisas).
- Tercero, para reducir el riesgo de heridas producidas por fragmentos de cristal procedentes del parabrisas, sobre todo en cara y ojos.
- Cuarto, para disminuir el movimiento de la cabeza y, con ello, el riesgo de lesiones cervicales.
Se tiene la creencia de que su accionamiento es básico y sencillo, y que cualquier impacto puede activarlo, incluso el golpear muy fuerte el volante en el centro, ¿pero es esto real?
Este dispositivo actúa controlado por una computadora, tal como lo hace el motor, y se deben cumplir ciertas “situaciones” para que se infle:
Al momento de un impacto frontal, sensores captan señales dinámicas, como el ángulo del golpe, la velocidad y el lugar en donde lo recibió. Estas son enviadas a la unidad de control del airbag.
La señal de bajo voltaje es amplificada y corregida por la unidad de control del airbag en no más de 10 milisegundos.
La unidad de control procesa la información basada en algoritmos especiales y determina el cierre del circuito de disparo del airbag, de acuerdo con la información que obtiene de un acelerómetro interno y de otros sensores, como el de Unidad de Control de Motor (ECU). Esta operación dura 20 milisegundos.
El circuito se cierra y activa el SRS, solamente si todas las señales satisfacen el parámetro de disparo de ese modelo específico. Se envía una señal de voltaje amplificado que activa el fulminante, inicia la combustión de nitruro de sodio y produce nitrógeno a una velocidad que oscila entre 190 y 320 kph.
Todo esto es lo que debe pasar para que un voltaje dispare e infle la bolsa, no otra cosa. Por lo que temer de que un golpe al volante o un pequeño impacto lo harán es desmedido.
La efectividad en conservar la integridad del ocupante es normalizada en Chile por el ministerio de transportes a través de la planta certificadora 3CV, y es un elemento exigido como seguridad pasiva, al menos para el conductor, para poder ser comercializado en el país. Adicional a esto se pueden ver sus calificaciones internacionales a través de los diferentes grupos Ncap, como la Latin Ncap.