Cuando hablamos de acciones en la conducción, la gran mayoría está llena de errores que asume como acciones correctas, ya que ayudan al bolsillo, supuestamente, y por ende son beneficiosas.
Entre las más difundidas esta la costumbre de disminuir la velocidad con el sistema de frenos, únicamente, colocando la caja de cambios en neutro, no importando la velocidad, y frenando hasta la detención.
Vamos a dejar algo en claro como primera cosa, un vehículo es una gran masa que se desplaza adquiriendo cada vez más inercia dinámica y por ende cada vez más difícil de controlar (E_c=m*V^2). El aumento de velocidad de un vehículo incrementa el peso de este de forma cuadrática; a 100 k/h un auto “pesa” casi 10 veces su peso original.
Detener o controlar esto, con solo los frenos de por medio es un acto casi suicida, ¿por qué?
La caja de cambios tiene como misión la de hacer variar las rpm las ruedas para adaptarlas a una cantidad más o menos estable con las del motor. De esta forma vamos aumentando marchas conforme aumentamos la velocidad, esto se logra porque cada par de engranes que conforma una marcha tiene una RELACIÓN DE TRANSMISIÓN con la que va disminuyendo o aumentando el giro de las ruedas respecto al motor. La finalidad de esto es que el motor, no importando la velocidad del vehículo, gire siempre a un número de revoluciones estable, su mejor desempeño. Esto garantiza que al avanzar siempre tengamos buena tracción en las ruedas, con buena adherencia ya que permanecen girando (roce estático entre ellas y el pavimento) y con buen torque que genera tal giro.
Cuando queremos bajar la velocidad, si lo hacemos solo con los frenos, estamos generando roce dinámico entre el pavimento y la rueda, al hacer diferentes sus velocidades, terminará haciéndola derrapar.
Además, como tenemos la caja desembragada o en neutro, las ruedas giran sin fuerza motriz, impidiendo al vehículo una aceleración rápida y repentina en el caso de ser requerida una maniobra de evasión, por ejemplo.
Las relaciones de transmisión de la caja de cambios, cuando es el peso del vehículo quien las hace girar y no el motor, actúan en sentido contrario al original, es decir van haciendo girar al motor más lento cada vez, ya que, en vez de ir haciendo al auto más liviano, lo van haciendo más pesado. Este peso aumentado, junto con la compresión de los cilindros en el motor; que pasa de ser un generador de potencia a un compresor, es lo que en suma colabora con la disminución de velocidad del vehículo.
Si todas las razones anteriores aún no son suficientes, voy a atacar la raíz de toda acción, la económica.
Todos los vehículos gasolina con inyección electrónica tienen una función que se llama “corte de inyección”, esta establece que cada vez que el motor no esté generando potencia, aceleración o velocidad constante, el sistema cortará la inyección; siempre y cuando las rpm sean superiores a una cantidad establecida por el fabricante, generalmente + - 1500 rpm. Es decir, al frenar solo con los frenos y la caja en punto muerto, el motor está consumiendo combustible. Por otra parte, al hacerlo con la caja y mantener altas rpm, el motor no está consumiendo combustible, en tanto no se toque el acelerador.
Solo queda agregar, para los argumentadores de todo, que al retacar no se daña ningún componente, porque si la caja no sufre daños al transmitir potencia del motor a la rueda, no hay ningún argumento cuando lo hace, al contrario.